Planta de compostaje de Migas Calientes

Dentro del Programa de Actividades Ambientales que para el público en general organiza periódicamente el Ayuntamiento de Madrid se incluye la visita guiada a la Planta de Compostaje de Migas Calientes, así llamada por ser ese el nombre de la finca sobre la que se asienta, situada entre la autopista de circunvalación M-30 y el río Manzanares (a la altura del Club de Campo).

Una planta de compostaje como la que hoy animo a visitar, es una instalación en la que se trata la materia orgánica recogida en los parques y jardines de la ciudad (fundamentalmente ramas de las podas arbóreas, hojas secas y hierbas cortadas en las siegas) con el fin de transformar dicha materia en compost (abono natural), que será posteriormente reutilizado como regenerador y mejorador orgánico de los suelos de los parques de la ciudad. Pensemos que en Madrid, con una superficie de más de 30.000 ha de zonas verdes, incluyendo el Monte del Pardo y unos 280.000 árboles de alineación en los 21 distritos, se generan durante las labores de jardinería una ingente cantidad de residuos vegetales, y que antes de que en 1997 se inaugurase esta planta de reciclado, dichos residuos eran tratados como desechos, con el consiguiente perjuicio medioambiental y económico ligado a la eliminación de estos.

La técnica de compostaje se inició en la India a principios del siglo pasado, cuando se observó que, dejando en fermentación una mezcla de desechos vegetales y excrementos animales y humedeciéndola periódicamente, se obtenía un producto de color marrón oscuro, inodoro y estable, provisto de una gran riqueza biológica. A partir de aquella observación, la técnica se fue mejorando a fin de replicar de forma controlada y dirigida el proceso de fermentación natural que ocurre en la Naturaleza, pero haciendo que la obtención final del humus se acelere e intensifique.

La planta de compostaje de Migas Calientes consiste esencialmente en una gran plataforma de hormigón de más de 14.000 m2 (el objetivo de la misma es evitar que se produzcan filtraciones al subsuelo y que están pudieran contaminar las aguas del cercano río Manzanares) dividida funcionalmente en diversas áreas:

* Área de recepción y almacenaje: En ella es donde se descargan los residuos orgánicos traídos en camiones desde los parques de la ciudad y donde se analiza la idoneidad de estos (las ramas demasiado gruesas se cortan o desechan, se controla que no vienen también residuos inadecuados, etc).

* Área de trituración: Con la ayuda de una pala mecánica los residuos (hojas y ramas) van pasando a la máquina desfibradora, que los tritura. El material resultante se deposita en montones y se deja así entre 2 y 4 días, a fin de que los microorganismos se aclimaten a su nuevo medio y comiencen a multiplicarse. Esta fase es llamada de latencia y crecimiento y al final de ella el interior del montón alcanza fácilmente los 50ºC.

* Área de fermentación: El material pasa ahora a amontonarse en unos grandes rectángulos de 25 x 35 m, en los que van a permanecer alrededor de cuatro semanas. El proceso de fermentación que allí se va a ir produciendo se supervisa para controlar que existe la adecuada proporción de sustancias nutritivas (carbono y nitrógeno), aportando al tiempo a estos grandes montones de materia la humedad y la aireación necesaria para que el proceso finalice con éxito (la temperatura sube en esta fase a los 60-70ºC..

* Área de maduración: Finalizada la fase anterior las temperaturas decaen y los residuos se trasladan a la zona de maduración, donde permanecen en un proceso de fermentación lenta hasta 6 meses. Aquí se controlan temperatura y oxígeno mediante sondas manuales y se efectúa la aireación de la masa con una máquina volteadora que, al mismo tiempo, va desplazando los almiares (montones) para dejar sitio a los lotes que vienen detrás.

* Área de cribado y almacenamiento: Unas vez madurado y estabilizado, el producto pasa a la zona de cribado, donde utilizando diferentes calibres (normalmente 10, 15 o 20 mm) se afina en función del destino final del biocompost. Las partes gruesas que el cribado no admite (aproximadamente un 15%) se reutilizará en los parques y jardines como acolchador de las superficies de plantación.

Interesante sin duda la visita. Desde aquí felicito al Ayuntamiento por organizar actividades educativas y medioambientales como esta.