Las antíguas Escuelas Pías de San Fernando


Lavapiés, referente del casticismo madrileño de manolos y manolas, ha sido siempre un barrio de gente humilde, con viviendas que en muchos casos, como ocurre con buena parte de las famosas corralas existentes aún en el distrito, rozan los límites de habitabilidad exigibles hoy en día. Es evidente que durante años ha faltado en el barrio inversión para el mantenimiento y regeneración urbanística, quedando como un claro ejemplo de la desidia municipal en la zona el hecho de que, con el comienzo del siglo XXI, en el corazón del barrio aún permanecieran en estado de casi abandono los restos de las Escuelas Pías de San Fernando, destruidas en los primeros días de la Guerra Civil.

En 1996 la Gerencia de Urbanismo de Madrid sacó por fin un concurso para remodelar este espacio en ruinas, acometiéndose las obras en 2001. La adjudicación fue ganada por el arquitecto Jose Ignacio Linazasoro, quien con verdadero acierto presentó un proyecto visualmente integrador, en el que lo nuevo compartiría espacio con las ruinas existentes sin alterarlas, ya que se valoró que estas se habían convertido de alguna manera en un símbolo representativo del barrio. Por una vez, lo nuevo se supeditó a lo viejo, exhibiéndose los restos del pasado no como mero adorno sino como resalte del valor que encierran en sí mismos. Así, las ruinas de la iglesia de lo que fue el convento y colegio de San Fernando son hoy el caparazón de una hermosísima biblioteca cuya visión interior nos sorprenderá, y sobre el solar anexo, integrándose adecuadamente con los restos de la iglesia señalados, se edificó un funcional Centro de la UNED, al que merece la pena también pasar para subir hasta su azotea (hay un bar con agradable terraza desde la que disfrutaremos contemplando los tejados del viejo Madrid).

Pero hagamos como siempre un poco de retrospectiva histórica en torno a este lugar para conocerlo mejor:

El Convento y Colegio de San Fernando se funda en 1729 sobre unos terrenos existentes en la calle de Mesón de Paredes en los que por lo visto había estado desde 1617 el Hospital de Nuestra Señora de Montserrat (perteneciente a la Corona de Aragón). Este Colegio, orientado a recoger a los niños de las familias de clase humilde que vivían en Lavapiés, fue el primero perteneciente a la Orden de los Padres Escolapios creado en Madrid (posteriormente abrirían el de San Antón, en la calle Hortaleza). El Colegio tuvo buena acogida, incrementando significativamente el número inicial de alumnos previsto, lo que llevó a los fundadores a adquirir casas anejas al solar inicial para una previsible ampliación, que culminaría con la proyección de un nuevo Colegio más espacioso, encargándose el proyecto a Francisco Ruiz, uno de los notables arquitectos madrileños de la primera mitad del siglo XVIII. En 1734 Ruiz proyectó la planta del Colegio, del Convento y su Iglesia, y tres años después comenzó su construcción. Tras la muerte del arquitecto en 1744, José Álvarez continuó con las obras del conjunto que finalizaron en 1791. La fachada principal del complejo daba a la calle de Mesón de Paredes y ocupaba todo el área comprendida entre esta y las calles de Tribulete, Embajadores y Sombrerete.

El Colegio de San Fernando tuvo fama, durante sus muchos años de funcionamiento, de buen hacer pedagógico, siendo por ejemplo destacable que ya en 1795 funcionase allí la primera escuela de sordomudos de España. El Centro vivió varias obras de ampliación a lo largo del tiempo, que le dotaron ya entrado el siglo XIX de remodeladas instalaciones para atender a sus ahora cerca de 2000 alumnos, buena biblioteca (contaba con más de 17.000 volúmenes), gabinete de Historia Natural, de Física, comedor para los alumnos internos, sala de visitas, etc.

Con la llegada de la Guerra Civil, como ocurrió con otros edificios religiosos de Madrid, el conjunto fue saqueado e incendiado, quedando para la posteridad como único testimonio del edificio original las ruinas de parte de los muros perimetrales, los gruesos muros del tambor de la cúpula de la iglesia, la fachada principal y restos de la decoración barroca. También se conservan, aunque instaladas ahora en el Colegio de la Inmaculada de los P.P. Escolapios en Getafe (son figuras policromadas que han sido restauradas recientemente por Patrimonio Histórico).

En los años 40 en la parte del solar de las Escuelas que daba a la calle de Embajadores se construyó el Mercado Municipal de San Fernando y algunos años después, junto a la calle Tribulete, el Cine Lavapiés, abriéndose en los bajos de este edificio la famosa sala de fiestas "El Molino Rojo", referencia del cabaret madrileño entre los años 50 y 80. El edificio sería finalmente demolido a finales del siglo XX, construyéndose sobre su solar el actual Centro de la UNED enmarcado en el ya mencionado proyecto de remodelación de Linazasoro y que incluía junto al área de las Escuelas Pías, las plazas adyacentes de Agustín Lara (se había construido un aparcamiento en el subsuelo) y de La Corrala.
 

La biblioteca de las Escuelas Pías es accesible en principio sólo para alumnos de la UNED, pero puede visitarse libremente de  lunes a viernes, en horario de 9,15 a 10,00 h. y de 21,00 a 21,45 horas.