Mercado de San Miguel


El 13 de mayo de 2013 el mercado de San Miguel de Madrid cumplió cien años y para celebrarlo programó un original concierto a cargo de la Orquesta Vegetal de Viena, cuyos músicos crean sus instrumentos con vegetales. ¡Sin duda curioso!

Merece nuestra atención este mercado porque está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumentos, ya que es el único ejemplo de mercado de arquitectura en hierro que se conserva en Madrid.

El mercado de San Miguel se levanta sobre el solar que ocupó en el siglo XVIII la iglesia parroquial de San Miguel de los Ochotes (en ella fue bautizado Lope de Vega) y que sería demolida como consecuencia del gran deterioro que sufrió el edificio y la zona colindante en un gran incendio ocurrido en 1790. El solar se transformó en una plaza pública en la que se celebraba un mercado al aire libre y en el que, como era usual en la época, los productos eran exhibidos en tenderetes o sobre simples cajones. La existencia poco higiénica de este tipo de mercados va a ser la generalizada hasta que a finales del siglo XIX el ayuntamiento asume una mayor regulación sanitaria de los mismos y comienza además a cubrirlos. Así lo hace primero con los mercados de los Mostenses (construido en 1875), la Cebada (1875), Chamberí (1876) y la Paz (1882). En 1913, bajo la dirección del arquitecto Alfonso Dubí, le llega el turno al de San Miguel, utilizándose para su recubrimiento la vistosa estructura de hierro fundido que hoy vemos y que estaba en boga en aquel momento (los otros mercados anteriormente citados también la tuvieron pero la perdieron en las remodelaciones que a lo largo de estos años han sufrido).

La crisis que padecieron y padecen los mercados como consecuencia de los cambios de hábitos de compra surgidos a raíz de la irrupción de los supermercados y grandes centros comerciales, así como el desplazamiento de población hacia otras áreas de la ciudad, afectó seriamente también a la viabilidad comercial de este mercado, pero supo redefinirse, convirtiéndose de paso en ejemplo a seguir para otros, como el de San Antón. Tras un cierre temporal, el 13 de mayo de 2009 reabrió nuevamente y totalmente transformado en su actividad, pues aunque mantiene varios puestos tradicionales prima ahora en él la oferta de productos artesanales y zonas de degustación, tapeo y comida informal. Hoy el mercado de San Miguel forma ya parte de la oferta turística de la ciudad, siendo muy frecuentado por quienes nos visitan y también por madrileños que se acercan a él para picotear algo a media mañana o para tomarse una copa al anochecer.