Exposición temporal: Hiperrealismo 1967-2012


No quedan ya demasiados días para que aquellos que aún no han visto la muestra "Hiperrealismo 1967-2012" puedan acudir a admirarla en el museo Thyssen-Bornemisza, pues recordemos que finalizará el próximo 9 de junio. Es una exposición que sin duda provoca asombro por el realismo de las imágenes y que obliga más de una vez al observador incrédulo, ¡casi todos!, a aproximarse más de la cuenta para comprobar si realmente son pinturas o se trata de fotografías, duda que en algunos casos, como por ejemplo en la "Casa nevada" que acompaña este texto (lienzo pintado por Rod Penner en 1998) no llegué personalmente a descifrar, dada la precisión minuciosa de las pinceladas y el detallismo con que están plasmados los más ínfimos detalles. ¡El cuadro es realmente increíble!
 
El hiperrealismo, también conocido como fotorrealismo en tierras americanas, es un movimiento artístico que surge en Estados Unidos a finales de los años 60 de la mano de un grupo de artistas que gustaban de pintar objetos y escenas de la vida cotidiana utilizando la fotografía como base para la realización de sus obras. Con claras influencias del pop, los hiperrealistas, principalmente los de la primera época, ponen foco en iconos fetichistas del momento como son las motos y los coches relucientes, así como en la plasmación de momentos robados a la cotidianeidad, como esas imágenes de escaparates con el reflejo en sus cristales de la realidad callejera circundante.
 
La muestra que podemos ver en Madrid reúne más de sesenta obras pertenecientes a varias generaciones de artistas, desde los pioneros norteamericanos, como Richard Estes, Chuck Close o John Baeder, hasta otros más actuales, como Anthony Brunelli o Raphaella Spence. Entre ellos, el único autor español presente en la exposición es Bernardo Torrens. A este respecto, aunque muchos asociábamos a Antonio López con el hiperrealismo y lo considerábamos nuestro más famoso y representativo pintor actual en la materia, he aprendido que en realidad no es adecuado dicho encuadramiento, ya que él no utiliza la fotografía como paso previo para plasmar su obra. Queda pues justificada su no presencia en la exposición.

Hiperrealismo 1967-2012
Dirección: Paseo del Prado 8 (Museo Thyssen-Bornemisza)
Horario: Martes a domingo: 10 a 19 h. / Sábados: 10 a 21 h.
Precio: 8 €
Metro más próximo: Banco de España 
 
Para más información sobre esta exposición pulsa aquí.
 

Mercado de San Miguel


El 13 de mayo de 2013 el mercado de San Miguel de Madrid cumplió cien años y para celebrarlo programó un original concierto a cargo de la Orquesta Vegetal de Viena, cuyos músicos crean sus instrumentos con vegetales. ¡Sin duda curioso!

Merece nuestra atención este mercado porque está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumentos, ya que es el único ejemplo de mercado de arquitectura en hierro que se conserva en Madrid.

El mercado de San Miguel se levanta sobre el solar que ocupó en el siglo XVIII la iglesia parroquial de San Miguel de los Ochotes (en ella fue bautizado Lope de Vega) y que sería demolida como consecuencia del gran deterioro que sufrió el edificio y la zona colindante en un gran incendio ocurrido en 1790. El solar se transformó en una plaza pública en la que se celebraba un mercado al aire libre y en el que, como era usual en la época, los productos eran exhibidos en tenderetes o sobre simples cajones. La existencia poco higiénica de este tipo de mercados va a ser la generalizada hasta que a finales del siglo XIX el ayuntamiento asume una mayor regulación sanitaria de los mismos y comienza además a cubrirlos. Así lo hace primero con los mercados de los Mostenses (construido en 1875), la Cebada (1875), Chamberí (1876) y la Paz (1882). En 1913, bajo la dirección del arquitecto Alfonso Dubí, le llega el turno al de San Miguel, utilizándose para su recubrimiento la vistosa estructura de hierro fundido que hoy vemos y que estaba en boga en aquel momento (los otros mercados anteriormente citados también la tuvieron pero la perdieron en las remodelaciones que a lo largo de estos años han sufrido).

La crisis que padecieron y padecen los mercados como consecuencia de los cambios de hábitos de compra surgidos a raíz de la irrupción de los supermercados y grandes centros comerciales, así como el desplazamiento de población hacia otras áreas de la ciudad, afectó seriamente también a la viabilidad comercial de este mercado, pero supo redefinirse, convirtiéndose de paso en ejemplo a seguir para otros, como el de San Antón. Tras un cierre temporal, el 13 de mayo de 2009 reabrió nuevamente y totalmente transformado en su actividad, pues aunque mantiene varios puestos tradicionales prima ahora en él la oferta de productos artesanales y zonas de degustación, tapeo y comida informal. Hoy el mercado de San Miguel forma ya parte de la oferta turística de la ciudad, siendo muy frecuentado por quienes nos visitan y también por madrileños que se acercan a él para picotear algo a media mañana o para tomarse una copa al anochecer.

Fiestas de San Isidro 2013

Ya tenemos otra vez aquí las fiestas en honor al patrón de Madrid, nueva oportunidad para que chulapos y chulaponas paseen su palmito por las verbenas, luciendo ellas sus vistosos mantones alfombrados o de Manila y ellos sus chaquetas a cuadros con chaleco y gorrilla haciendo juego, camisa blanca y pañuelo blanco anudado al cuello, prendas que en lenguaje cheli fetén de castizo viejo se denominan respectivamente "chupa", " chopín", "parpusa", "babosa" y "safo". Son días estos en los que de nuevo veremos resurgir por los madriles tipismos reservados prácticamente para fiestas populares, como son el chotís agarrao, la limonada fresquita, los barquillos, las rosquillas y la tortilla en La Pradera. ¡Bienvenidos sean!.

Ya escribí en otra entrada anterior de este blog sobre la festividad de San Isidro, por lo que aquí me limitaré ahora simplemente a añadir seguidamente el enlace al programa de fiestas 2013 .

¡A disfrutar!

Casa de Campo: Recuerdos de la Guerra Civil

La Casa de Campo madrileña, ese espacio de naturaleza tan agradable hoy para pasear y hacer algo de deporte, fue no hace demasiado tiempo escenario protagonista de cruentos enfrentamientos bélicos, pues desde allí se inició en nuestra tristemente recordada Guerra Civil el asalto a Madrid. Restos de bunkers, nidos de ametralladora, líneas de trinchera e impactos de bombas son testimonios aún visibles de esa parte de nuestra historia a la que hoy quiero hacer referencia.


Pongámonos en contexto: Tras la sublevación militar del 17 de julio de 1936 las tropas del denominado frente nacional avanzan rápidamente por la península, poniendo foco en la conquista lo antes posible de la capital. La que se conocerá como “Batalla de Madrid” va a desarrollarse entre el 4 y el 23 de noviembre. Las tropas de Franco están a las puertas de la ciudad (han tomado ya Getafe, Alcorcón y Leganes). El día 6 el gobierno decide trasladarse urgentemente a Valencia, dejando la defensa de Madrid en manos de una Junta presidida por el Gral. Miaja). El día 7 las tropas del bando nacional, dirigidas por el Gral. Varela entran en la Casa de Campo por la zona de Rodajos y Batán. Toman posiciones estratégicas y fijan su artillería en el Cerro Garabitas (es con 677 metros uno de los puntos más altos y excelente otero hacia la ciudad). El objetivo es lanzar una rápida ofensiva atacando por la Ciudad Universitaria y tratando de llegar hasta al Hospital Clínico y la Cárcel Modelo (estaba en Moncloa y sobre sus cimientos se edificó posteriormente el Cuartel Gral. del Ministerio del Aire). El río Manzanares se convierte en línea de frente y objeto de duros enfrentamientos para tratar/evitar traspasarlo (podemos hoy ver señalizados restos de la conocida como “pasarela de la muerte” en el tramo del anillo verde que hay entre el río y la tapia del Club de Campo). Madrid va a ser bombardeada masivamente durante días. El día 15 los nacionales cruzan el río y poco a poco avanzarán sus líneas. El día 23 Franco decide desde Leganés poner fin al ataque directo sobre Madrid que tanto daño había producido. La lucha no obstante seguiría como sabemos bastante tiempo más, pues la ciudad no fue entregada oficialmente por el gobierno republicano hasta el 28 marzo de 1939.

En el conocido como Vértice Paquillo, antes de pasar propiamente hoy a la Casa de Campo desde el Batán pues están en la zona de parque al otro lado de las vías del tren, encontramos los restos de dos bunkers (sólían construirse por parejas para facilitar el fuego cruzado). También veremos restos de edificaciones militares en las proximidades del puente de La Culebra. En el cerro Garabitas, en torno a la zona actualmente ocupada por la torre de vigilancia forestal, podemos apreciar lo que fueron líneas de trinchera. Recomiendo así mismo especialmente subir al cerro de las Canteras (es el que tenemos justo a la izquierda nada más iniciar la ascensión por el camino de Garabitas). Hay restos de varios nidos de ametralladora, líneas de trinchera y, sobre todo, unas magníficas vistas de Madrid que permiten entender por qué estas fueron zonas elegidas.

Sobre La Casa de Campo existen en este blog otras entradas que pueden ser también de tu interés.